Según aseguran una señora identificada como Olga, más de trescientos oficiales se presentaron al lugar, donde habitan unas diez familias, muchas de estas encabezadas por madres solteras, a derrumbar las casuchas que habían construido para vivir.
“El abuso”, como le llaman los denunciantes, fue por orden los empresarios del Central Romana, por supuestas malas negociaciones del síndico Geraldo Alfredo Casanova, quien según aseguran, dijo que no les importaba que desalojaron a los ciudadanos.
Estas es una muestras más de la inhumanidad de nuestras autoridades, que solían preocuparse por la población solo en tiempo de campaña, pero ni siquiera eso parece importarle ya.
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